Mientras en el discurso oficial se habla de recuperación de los ferrocarriles, la consigna es claramente otra. Todo material que no esté en uso, cualquiera fuera su estado, debe ser desguasado y para ello la ADIF SE hizo una licitación y adjudicó a una empresa privada que se está ocupando de reducirlo todos a chatarra. Aseguran que la compañía ya pasó por Córdoba, donde habría cortado más de cincuenta locomotoras General Electic, y ya llegó a Entre Ríos donde empezó su trabajito en Paraná.
El desguace del Estado no terminó en la década del ’90. Mientras la justicia investiga la subasta de numerosos lotes de material ferroviario, y tiene bajo la lupa el sospechoso procedimientos de venta de rieles como chatarra, los que luego las empresa ferroviarias adquirieron en un precio varias veces superior, en Paraná operarios de una firma privada, que habría resultado adjudicada en una licitación de la ADIF SE, comenzó -en la tarde del jueves- a cortar una importante cantidad de material ferroviario que será reducido como chatarra.
En setiembre del 2009 el Movimiento Nacional Ferroviario (Monafe) alertó sobre esta cuestión y lo denunció, apuntando al Estado provincial que había avanzado en el desmantelamiento de vagones y locomotoras en la estación Paraná, lo cual fue rechazado enérgicamente por el titular de la Unidad Ejecutora Ferroviaria de Entre Ríos (Uefer), Carlos Molina. “Estamos intentando tomar intervención como provincia para, a través de un convenio con especialistas de la Tecnológica, lograr recuperar algo de todo eso”, dijo por entonces Molina. Pero a luz vista de lo que está pasando por estas horas lo ocurrido fue un adelanto, donde se retiraron de los coches todo material de valor, metales como aluminio y cobre, porque el destino de lo demás sería la fundición.
El jueves, en el predio del ferrocarril de la capital de la provincia, próximos a la calle Pronunciamiento y Avenida Ejército, se pudo ver que una pluma, cuya silueta se observar a la distancia, cargaba en camiones los primeros elementos elegidos: bogies, los que eran esperados por hornos para fundición en Villa Constitución, Santa Fe. El mismo destino tendrán numerosos coches por los que el Estado cobrará la irrisoria cifra de $70 la tonelada.
Es doloroso ver como una enorme cantidad de material perteneciente al patrimonio de varias generaciones de argentinos, entre coches de pasajeros, remolcados de todos los tipos, dormitorios, comedor, primera clase y segunda clase, y coches motor, tengan por destino el “matadero”, y tras ser “marcados” por funcionarios de la ADIF SE ya estén en fila esperando que les toque el turno. Esto es verdaderamente doloroso y lamentable porque es un material que se desarrolló en el país, reuniendo las características del ferrocarril de Argentina y en su gran mayoría es perfectamente recuperable y así se demuestra a pocos metros, en un humilde taller de la firma TEA SA, donde un puñado de obreros del riel los vuelven a la vía.
En el marco de la tan mentada reactivación de los ferrocarriles las autoridades justificaron importar material rodante usado, porque se reacondicionarían en el país, en talleres ferroviarios recuperados, y así se apoyaría a la industria nacional, pero eso no sólo no ocurrió y hay sobrados ejemplos, el de Paraná es el más claro y contundente, donde hasta las vías fueron tapadas con concreto, sino que se sigue con el desguace, una señal más que clara que se persigue borrar de la faz de la tierra los rastros de lo que fue la otrora gran empresa nacional, y facilitar el ingreso de material importado, mayormente inadecuado para las trazas de nuestro país y peor aún en peores condiciones que los que hoy ligeramente se manda a reducir.
(Fuente; FMRIEL)
lunes, 13 de junio de 2011
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