MALVINAS ARGENTINAS
WEBMASTER: Alejandro D. (Estudiante de Derecho - Rosario, Sta. Fe, Argentina)
E-Mail: aletano@hotmail.com
Fundamentos Geográficos
1- ANALISIS DE PROXIMIDAD
Capital de Las Islas Malvinas: Puerto Argentino (Stanley)
* Distancia entre Londres, Reino Unido y Puerto Argentino (Stanley): 12.700 Kilómetros / 8000 Millas
* Distancia entre Rio Grande, Argentina y Puerto Argentino (Stanley): 800 Kilómetros / 500 Millas
CONCLUSION: Rio Grande es la ciudad más próxima a las Islas, y Argentina la nación más cercana. En un radio de 800 kilómetros (500 millas) de Puerto Argentino (Stanley) no encontraremos nada más que agua y territorio continental e insular argentino.
"Las Islas Malvinas pertenecen geográficamente al continente sudamericano, y por este motivo constituyen parte natural del dominio territorial argentino, en cuya proximidad se hallan."
2- CONVENCION DEL MAR
La Convención del Mar es un extenso documento producido en el ámbito de las Naciones Unidas, en 1982, dedicado a legislar y definir las jurisdicciones en las aguas y en los fondos marinos.
Los fondos marinos son la prolongación natural de las tierras emergidas e integran los denominados márgenes continentales, hoy cubiertos por el mar. La Convención del Mar ha establecido un complejo procedimiento para que los países con costas reivindiquen esos fondos marinos. Se ha estimado que los territorios que le corresponden a la Republica Argentina en tal condición tienen una extensión de 2.500.000 Kilómetros cuadrados, siendo en este caso, y
acorde a lo establecido por la Convención, superior a las áreas oceánicas pertenecientes a la denominada "Zona económica exclusiva".
Las tierras emergidas de la porción oceánica son, obviamente, islas. En el caso de la Republica Argentina se trata de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, además de otras menores. Son islas continentales pues en todos los casos emergen de plataformas o márgenes continentales.
Las islas han sido usurpadas por el Reino Unido. Los fondos marinos y las masas oceánicas están sometidas a lo dispuesto en la Convención del Mar.
"Las Islas Malvinas se encuentran geológicamente vinculadas con la Patagonia."
Geografía de la Republica Argentina, Federico Daus, Editorial ASTRADA, 1963
Geografía de la Argentina, Horacio Lorenzini, AZ Editora, 1995
Fundamentos históricos
"La narración histórica que se detalla a continuación es verídica, aceptada tanto por Argentina como por el Reino Unido. Este ultimo alega para su desestimación que se trata de historia pasada y, por ende, ha perdido su vigencia."
El descubrimiento de las Malvinas ha sido alegado por varios navegantes con anterioridad al siglo XVII; de todos sus "descubridores" dudosos, los que más probabilidades tuvieron de haberlas visto realmente fueron los marinos españoles de la nave San Antonio, de la expedición de Magallanes. A principios del siglo XVII las diviso con certeza el holandés Sebald de Weert.
La ocupación más antigua, efectiva y continua de las islas fue la hispánica. Los ingleses, por su parte, durante el siglo XVIII, exploraron el litoral patagónico (Hoy sur de la Republica Argentina) buscando puntos de abastecimiento para sus buques balleneros. Ante estos hechos, España instituyo el Virreinato del Rio de la Plata (1776), ya que estimo que Lima (Otro Virreinato en Sudamérica) se encontraba muy lejos para ejercer un control eficaz.
Tras la Declaración de Independencia (9 de Julio de 1816), gran parte del territorio del Virreinato del Rio de la Plata paso a formar parte de la Republica Argentina, incluyendo las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. La situación se mantuvo así hasta 1833, cuando las Islas fueron usurpadas durante el mandato del entonces presidente de la Republica, Juan Ramón Balcarce.
Hubo tentativas de ocupación de las Islas anteriores a 1833, por parte del Reino Unido, de Francia y de Norteamérica, pero todas ellas cesaron por las reclamaciones españolas (en tiempos del Virreinato) o argentinas. Esto significa que se reconocía el derecho legítimo de soberanía sobre las Islas.
Durante su gobierno, Balcarce había nombrado un nuevo comandante de las Malvinas y envió la goleta Sarandí, al mando de José María Pinedo, para hacer más efectiva la soberanía argentina sobre el archipiélago.
La fragata de bandera inglesa Clio, hizo su aparición en las islas el 20 de diciembre de 1832, y después de incursionar por las inmediaciones de Puerto Egmont, se presento frente a Puerto Soledad (2 de enero de 1833). Pinedo envió a dos de sus oficiales a bordo de la Clio para requerir al capitán ingles el motivo de su presencia. Este no tardo en ir personalmente a bordo de la Sarandí donde impuso al jefe argentino del tenor de sus instrucciones: por disposición de S.M.B. tenía orden de tomar las islas Falkland y concedía veinticuatro horas a Pinedo para arriar la bandera argentina y proceder a la evacuación.
El jefe de la Sarandí considero que toda resistencia seria vana y se limito a dejar un colono como comandante provisional. El pabellón argentino no fue arriado. Un oficial ingles se encargo de hacerlo, para remitirlo luego a bordo de la Sarandí, donde Pinedo había embarcado todas sus fuerzas.
El 3 de enero los ingleses tomaron posesión de Puerto Soledad: la usurpación quedaba consumada. Pero la corbeta inglesa no prolongaría mucho su estada en las islas. Cumpliendo órdenes del almirantazgo dejo a un súbdito británico -el despensero irlandés Dickson- como custodio de la bandera inglesa. La Sarandí, mientras tanto, llegaba a Buenos Aires con la infausta noticia.
Con este hecho, un nuevo y prolongado periodo habría de iniciarse frente a la agresión inglesa: el de la reclamación diplomática, cuyas alternativas se proyectarían por espacio de casi ciento cincuenta años, derivando en la guerra de 1982.
"La posesión del archipiélago por parte del Reino Unido es producto de una usurpación realizada en 1833, con empleo de la fuerza y en momentos de vigencia de relaciones amistosas entre Buenos Aires y Londres"
Los tiempos Contemporáneos. Argentina y el mundo. - Juan Antonio Bustinza - AZ Editora - 1995
Geografía de la Argentina. - Horacio N. Lorenzini - AZ Editora - 1995
Enciclopedia temática Larousse en color - Ramón García-Pelayo y Gross - Librairie Larousse - 1994
Geografía de la Republica Argentina - Federico Daus - Editorial Astrada - 1963
Sinopsis de la Guerra de Malvinas, Abril de 1982
* Leopoldo Galtieri: Presidente de la Republica Argentina durante el conflicto bélico (Gobierno de facto).
* Nicanor Costa Méndez: Ministro de Defensa Argentino durante el conflicto bélico (Gobierno de facto).
* Alexander Haig: Mediador norteamericano designado por el entonces presidente de EEUU: Ronald Reagan.
* Margaret Thatcher: Primera ministro británica durante el conflicto bélico.
CRONOLOGIA DEL CONFLICTO
2 de Abril: EL DESEMBARCO: Las Fuerzas conjuntas argentinas ponen pie en las islas. El desembarco se hace sin ocasionar bajas a los británicos ni a los Kelpers. En los enfrentamientos se produce la primera baja de las fuerzas conjuntas, cae abatido por fuego enemigo el infante de marina Capitán de Corbeta Pedro Edgardo Giachino. Gran Bretaña alerta a su Flota y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decide tratar la cuestión. En la Plaza de Mayo se realiza un acto popular de adhesión a la recuperación de las Malvinas, el presidente Galtieri da un mensaje al país.
3 de Abril: La "Task Force": Oficialmente se informa que las Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur están bajo soberanía Argentina. Londres advierte que se aplicarán sanciones económicas y resuelve el envío de la Task Force (fuerzas de tareas), en acción punitiva, al Atlántico Sur. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprueba la Resolución 502, que exige el retiro argentino de las islas y la iniciación de negociaciones. Votan a favor de la resolución en contra de la Argentina: EE.UU., Francia, Guayana, Irlanda, Japón, Jordania, Togo, Uganda, Zaire, y Gran Bretaña. Se abstuvieron: Unión Soviética, China, Polonia y España. En contra sólo votó Panamá. El General Mario Benjamín Menéndez es nombrado Gobernador Militar de las Islas Malvinas y se pide una sesión extraordinaria de la OEA.
3 de Abril: La Ocupación de Georgias: Fuerzas argentinas ocupan las islas Georgias y se anuncia oficialmente el hecho. Se producen tres (3) bajas propias.
5 de Abril: Solidaridad Peruana: La acción argentina provoca la renuncia del canciller inglés, lord Carrington. La escuadra británica parte de su apostadero en Portsmouth. La Comunidad Económica Europea respalda la decisión inglesa de aplicar sanciones económicas a la Argentina, y el Perú define su posición decidida en favor de la Argentina.
6 de Abril: Haig y Costa Méndez: Designado por el presidente Reagan para interceder en el conflicto, el General Alexander Haig conferencia con el Canciller Argentino, Nicanor Costa Méndez, en Washington.
7 de Abril: Bloqueo y convocatoria: Viaja Haig a Londres, y los ingleses disponen el bloqueo naval hasta 200 millas de las Malvinas. La Argentina convoca a sus reservas y Costa Méndez regresa a Buenos Aires.
8 de Abril: Intransigencia: Alexander Haig se entrevista con Margaret Thatcher, quien se muestra intransigente. Argentina crea un puente aéreo para aprovisionar a las tropas destacadas en las Malvinas. Se anuncia que la fuerza naval inglesa navega a la altura de las Islas Azores.
10 de Abril: Haig con Galtieri: El Presidente Galtieri mantiene una reunión con Haig, recién llegado de Londres, mientras tanto se lleva a cabo otra manifestación popular de apoyo a la recuperación de las Islas Malvinas. Galtieri, desde los balcones de la Casa Rosada, dirige la palabra a los manifestantes.
11 de Abril: No a la solución y reflexión Papal: Mientras se anuncia que las conversaciones no han llegado a solución alguna, Juan Pablo II exhorta a ambos países a deponer actitudes extremas. Haig regresa a Londres. Costa Méndez afirma que el diálogo prosigue.
12 de Abril: Bloqueo: Telefónicamente Haig comunica a Costa Méndez, desde Londres, que Gran Bretaña es irreductible. De madrugada, las naves de la Task Force bloquean las islas, en tanto la Flota de Mar Argentina permanece en sus apostaderos.
14 de Abril: Posible salida: Mientras Galtieri comunica telefónicamente a Reagan que existe disposición para encontrar una salida pacífica, Haig regresa a Buenos Aires desde Londres. Alli la actuación de Thatcher recibe el respaldo de la Cámara de los Comunes.
17 de Abril: Más conversaciones: Entre tanto, en Buenos Aires prosiguen las conversaciones de Haig y autoridades nacionales, sin conclusión positiva.
19 de Abril: El TIAR: Costa Méndez anuncia el pedido de aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) ante la OEA y Haig regresa a los Estados Unidos.
20 de Abril: Los Cancilleres: Por 18 votos a favor y tres abstenciones logra la Argentina la convocatoria para una reunión de Cancilleres americanos.
22 de Abril: Inspección: Galtieri procede a inspeccionar las tropas acantonadas en Malvinas.
25 de Abril: Ataques Británicos: Marinos Británicos retoman las Georgias del Sur. 190 prisioneros capturados. Se accidentan dos helicópteros Wessex británicos. El teniente de navío Alfredo Astiz, al mando de los efectivos, firma la rendición, sin haber opuesto resistencia.
26 de Abril: La Respuesta: Hasta la última capacidad defensiva estarán dispuestas para el combate, informa la Junta Militar.
30 de Abril: Los hostiles: Las autoridades argentinas disponen que las aeronaves y buques británicos sean considerados "hostiles". En forma accidental, en Caleta Olivia cae un helicóptero del Ejército Argentino, donde perecen 10 militares.
1 de mayo: PRIMER ATAQUE AEREO: Se comienzan a conocer a través de informes del Estado Mayor Conjunto las acciones bélicas en el Atlántico Sur. La aviación británica ataca en cuatro ocasiones a Puerto Argentino, helicópteros británicos operan contra Puerto Darwin. Desde las fragatas británicas cañonean Puerto Argentino. Los intentos de desembarcos fueron rechazados por fuerzas argentinas. Una fragata inglesa resulta averiada y cinco aviones Harrier destruidos. La clase 1961 es convocada. El presidente Galtieri, en un discurso dirigido al país, recalca que la Argentina "responderá al ataque".
2 de mayo: El HUNDIMIENTO DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO: Fuera de la zona de exclusión declarada por los británicos, el submarino atómico inglés Conqueror hunde al Crucero ARA General Belgrano, con un saldo de 323 víctimas entre desaparecidos y muertos. El AVISO SOBRAL también atacado, informa que varios tripulantes murieron. Posteriormente se informó que fueron ocho, entre ellos el capitán de la nave.
4 de Mayo: Hundimiento del HMS Sheffield: Nuevas incursiones aéreas de los ingleses sobre Puerto Argentino y Puerto Darwin. Aviones navales argentinos Súper Etendard, equipados con misiles Exocet, atacan al destructor inglés Sheffield, hundiéndolo, 20 muertos. Sea Harrier derribado sobre Goose Green.
5 de Mayo: Condena: El delegado argentino ante las Naciones Unidas, Eduardo Roca, condena severamente a los Estados Unidos por su apoyo a Gran Bretaña. Se acepta la intervención del organismo como mediador.
6 de mayo: Paso previo: La U.N. propone, como paso previo a la iniciación de las conversaciones, el retiro de las fuerzas de ambos países del archipiélago. Al día siguiente Londres amplia el bloque naval a sólo 12 millas del litoral marítimo argentino.
9 de Mayo: Es hundido el pesquero argentino "Narwal" por la aviación inglesa, quienes también atacaron con cohetes y ametrallaron a las embarcaciones de salvamento. 1 muerto y 13 heridos.
10 de Mayo: Exclusión: Gran Bretaña decreta una zona de exclusión aérea alrededor de la isla Ascensión, equivalente a 100 millas náuticas.
12 de Mayo: Desde Southampton: Parten, a bordo del transatlántico Queen Elizabeth, 3000 soldados británicos hacia el Teatro de Operaciones, entre ellos, un regimiento de "gurkas". Aviones argentinos causan averías a dos fragatas, con pérdidas de dos máquinas y un helicóptero inglés.
14 de Mayo: Regreso: Llegan a Buenos Aires los 189 argentinos capturados en las Georgias. Entre ellos, los trabajadores cuya presencia en el archipiélago generó el enfrentamiento. Ataque nocturno británico en las islas: 11 aeronaves argentinas destruidas en tierra.
15 de Mayo: Embarcaciones británicas cañonean Puerto Calderón, isla de Borbón, afectando a diez aviones argentinos.
16 de Mayo: Acción aérea: Como consecuencia del ataque aéreo británico a barcos mercantes argentinos, resulta hundido el "Río Carcarañá" y averiado el "Bahía Buen Suceso". Nuevos ataques aéreos a Isla Soledad.
17 de Mayo: Por una semana más renueva las sanciones la Comunidad Económica Europea.
19 de Mayo: Misa concelebrada: Mientras los ingleses persisten en el hostigamiento aéreo y con unidades de superficie, el Sumo Pontífice convoca a Cardenales Argentinos y Británicos a concelebrar una misa por la paz.
20 de Mayo: Fracaso: Javier Pérez de Cuellar, Secretario General de la ONU, anuncia que sus gestiones en favor de la Paz resultaron inútiles. El Gobierno peruano presenta una propuesta, que también fracasa. Un Sea King de la Marina británica en 'misión secreta' se estrella cerca de Punta Arenas, Chile.
21 de Mayo: Cabecera de Playa: Luego de sufrir daños de magnitud en cuatro fragatas y el hundimiento de la Fragata Ardent (22 muertos), perder tres aviones Harrier y dos helicópteros, los británicos logran establecer una cabecera de playa en Puerto San Carlos.
22 de Mayo: Es abatido un Harrier en Puerto Darwin.
23 de Mayo: Ataque Argentino: Renovados ataques aéreos, con un avión argentino derribado y con pérdidas navales para los ingleses. El día 25 se retiran y se logra el hundimiento de un destructor y un transporte de tropas británico.
24 de Mayo: Es hundida la fragata británica Argonaut. Muere un experto en explosivos al intentar desactivar una bomba que había quedado sin explotar dentro de la Antelope. Los 175 tripulantes abandonana la embarcación.
25 de Mayo: Aviones argentinos averiaron a tres fragatas misilísticas y al transporte pesado "Atlantic Conveyor", el cual se hunde seis días después, 12 muertos. Es bombardeado el destructor "Coventry" con un saldo de 19 británicos muertos. La aviación inglesa ataca Puerto Argentino, pierde tres Harrier.
27 de Mayo: Regresan a Inglaterra 263 sobrevivientes del hundido HMS Sheffield.
28 de Mayo: Reclamo Papal y avance inglés: Un encendido reclamo por una paz justa y honrosa formula Juan Pablo II en Londres, durante su visita. Mientras tanto, las tropas inglesas, engrosadas por nuevos contingentes, cuatro regimiento con un total de 3800 hombres, avanzan sobre Darwin y Pradera del Ganso. Por otra parte, durante una Reunión Del TIAR quedó aprobada una resolución favorable a la argentina.
30 de Mayo: Se informa que la aviación argentina, después de un intenso operativo consigue averiar al portaaviones "Invencible". Londres no confirmó nunca la información.
31 de Mayo: 2 Skyhawk argentinos derribados. Termina de hundirse el Atlantic Conveyor, alcanzado el 25 de Mayo por un misil Exocet.
2 de Junio: Combates, resolución y fracaso: Las gestiones de paz de la ONU volvieron a fracasar. Avanzadas británicas se encuentran a 20 kilómetros de Puerto Argentino y el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas aprobó la resolución 505, que designa mediador a Pérez de Cuéllar. Tropas británicas toman Monte Kent.
3 de Junio: Con los No Alineados: En la Habana, ante los representantes de los No Alineados, el Canciller Costa Méndez pronuncia un discurso.
4 de Junio: Veto: Un nuevo proyecto de cese del fuego es vetado en las Naciones Unidas por los Estados Unidos y Gran Bretaña.
8 de Junio: Desembarco rechazado: La Fuerza Aérea Argentina rechaza un intento de desembarco inglés en Fitz Roy y Bahía Agradable. Son hundidos la fragata Plymouth y los transportes de tropas Sir Galahad y Sir Tristán.
11 de Junio: Llega el Papa: Para convocar a una unión por la paz llega Juan Pablo II a la Argentina, en medio de una fervorosa manifestación. Regresa a Southampton el 'Queen Elizabet 2' transportando 700 sobrevientes de los hundidos HMS Coventry, HMS Ardent y HMS Antelope.
12 de Junio: Ataque al HMS Glamorgan: Mediente el uso del ITB es alcanzado el HMS Glamorgan, 13 muertos. Las tropas inglesas avanzan hacia Puerto Argentino en búsqueda de la batalla final, tomando 400 prisioneros.
13 de Junio: Penetración: Las fuerzas británicas penetran las defensas argentinas. En Buenos Aires, por la noche, al saberse el epílogo de la lucha, se realizó una manifestación solicitando la "no-rendición".
14 de Junio: Alto el fuego: Entre los Generales Jeremy Moore y Mario Benjamín Menéndez, respectivamente comandante de las fuerzas británicas y Gobernador militar de las Islas Malvinas, queda parlamentado el alto al fuego y la consiguiente rendición. En Buenos Aires, al tomar conocimiento de los hechos, en horas de la noche se realiza una manifestación en rechazo a la rendición, en la que se produjeron desmanes y fue reprimida por la policía.
FUENTE: Guerra de Malvinas - 1982
Fundamentos políticos, económicos y sociales
Para tratar el tópico en cuestión, será transcripta a continuación una entrevista efectuada nada menos que a uno de los más respetados e influentes analistas políticos británicos: Simón Jenkins, periodista, columnista y editor de el Evening Standard, el Times y el Economist.
La entrevista fue publicada en el diario La Nación, de Argentina y en el portal británico http://www.mercopress.com, y data del domingo 30 de marzo del 2003.
Simon Jenkins Simon Jenkins: "Las Malvinas deben volver a la Argentina"
LONDRES
Simón Jenkins es en la actualidad uno de los analistas políticos más respetados e influyentes del Reino Unido, con una carrera que incluye varios años como editor de los periódicos nacionales Evening Standard y The Times, así como también de la prestigiosa revista The Economist. Su labor no pasó inadvertida para la British Broadcasting Corporation (BBC), que en 1988 lo eligió como "Mejor Periodista del Año", ni tampoco para los organizadores y participantes del certamen "British Press Awards", que, en 1993, lo consagraron "Mejor columnista del Año".
Pero ante los ojos argentinos, ninguno de estos logros y distinciones llaman tanto la atención en él como su postura acerca del siempre espinoso tema de la soberanía sobre las Malvinas, islas que para el periodista inglés "deberían ser administradas por la Argentina".
Ya en enero de 1998, desde su muy leída columna política en The Times, Jenkins le había reclamado al entonces pujante gobierno de Tony Blair que considerara la posesión británica de las Malvinas debido a que, entre otras razones, Gran Bretaña no podía continuar gastando la "ridícula suma" de 114 millones de dólares al año "para mantener una guarnición de 2000 hombres". (Nota del Webmaster: Son más de 4000 hombres)
Hoy, en una entrevista exclusiva con La Nación a pocos días de un nuevo aniversario del conflicto, Jenkins asegura que su punto de vista no ha cambiado con el estallido de la crisis económica y política de la Argentina, aunque reconoce que esta variable ha postergado el tratamiento de esta cuestión no sólo en la agenda del gobierno nacional actual, sino también en la de los próximos.
"Siempre creí que la administración de las islas por parte de la Argentina es la mejor solución para todos, pero con la situación actual me temo que no me va a alcanzar la vida para verlo", dice.
-¿Cómo percibe la posición del Reino Unido sobre este tema, a 21 años de la guerra?
-Creo que al gobierno de (Tony) Blair las Malvinas no le podrían importar menos, y con toda seguridad no tienen el mínimo interés en volver a instalar el tema. Es algo que está superado.
-¿Es una cuestión difícil de tratar para los dirigentes británicos, aun después de haber ganado la guerra?
-Sí... es algo que resulta traumático para muchos ingleses, especialmente para los políticos que vivieron el conflicto y todavía están en actividad, quienes no desean ni siquiera pensar otra vez en las islas. Y ésta es otra de las causas por las que me cuesta imaginar que las Malvinas puedan ser traspasadas a la Argentina en el corto o mediano plazo.
-¿Por qué piensa que el Reino Unido debería resignar su soberanía sobre las islas?
-Simplemente porque las Malvinas no pueden ser gobernadas desde el Reino Unido para siempre. Sin dudas, la economía de las islas deberá ser integrada a la de América del Sur, si es que les interesa que siga creciendo.
-¿Usted cree que los habitantes de las islas apoyarían esta idea?
-Yo considero que la gente joven de allí debería establecer vínculos con el continente. Es una idea obsoleta seguir adelante con las cosas como están ahora, ya que este tipo de colonialismo es totalmente anacrónico.
-¿La guerra de 1982 significó un paso atrás para la Argentina?
-Sí, y más que un paso atrás fue un verdadero desastre. Si la invasión no se hubiera producido, hoy seguramente la Argentina tendría, por lo menos, la soberanía compartida de las islas. Pero la guerra no sólo reforzó la presencia militar de Gran Bretaña, sino que también volvió impensable toda esperanza de cesión total o parcial por parte del gobierno inglés, y de acercamiento por parte de los isleños.
-¿Coincide con Margaret Thatcher en la idea de que la Argentina recuperó su democracia gracias a la derrota en el conflicto?
-Sí, creo que definitivamente es así, y esto es una obviedad, como también es muy cierto que la guerra contribuyó a que Thatcher obtuviera su reelección como líder de este país.
-¿Está de acuerdo con quienes consideran a la ex primer ministro una "criminal de guerra" por haber ordenado el hundimiento del crucero General Belgrano?
-No, en absoluto. Ella estaba muy preocupada, y con razón, de que hubiera un barco enorme en las cercanías de la flota británica que avanzaba hacia la zona del conflicto. Creo que su hundimiento tuvo un sentido totalmente militar, ya que el General Belgrano también hubiera hundido barcos ingleses de haber tenido la oportunidad
-¿Cómo evalúa el desempeño de la diplomacia argentina después de la guerra?
-Me parece rescatable la denominada "política de seducción", que tanto dio que hablar en la década del noventa. Es una buena idea, aunque creo que el problema no va a ser resuelto ahora, sino por la próxima generación de argentinos, ingleses y malvinenses.
-¿Cree que es viable la idea de una soberanía compartida?
-Sí, yo siempre estuve en favor de esa idea, ya que me parece una alternativa interesante, más allá de que ahora, desafortunadamente, está afuera de la agenda. El caso de las Malvinas es como el de Gibraltar: cuando el tema se vuelve tedioso, sólo el tiempo y el recambio de quienes componen las partes en disputa pueden permitir que se encuentre una solución. Y eso está en manos de otra generación.
Por Adrián Sack
El perfil
Periodista y escritor
Jenkins escribió junto con su compatriota Max Hastings el libro The Battle for the Falklands (La Batalla por las Malvinas), publicado en Gran Bretaña en 1983. Es uno de los libros más consultados por los ingleses sobre este tema, aunque también está presente en la reseña bibliográfica de varias obras argentinas.
Jurado literario: Además de su reconocida trayectoria periodística, Jenkins tiene una gran influencia en el mundo de la literatura, ya que ha sido presidente del jurado del Bookerprize, el premio más prestigioso de la actividad en el Reino Unido.
--Fin de la nota--
En conclusión, en su afán de mantener una administración ilegitima, el Reino Unido se encuentra gastando sumas enormes de dinero.
Esto trae consecuencias económicas severas, como el gasto ridículo que le ocasiona a la corona británica, y la imposibilidad de la economía del archipiélago de integrarse con la economía sudamericana.
Todo lo mencionado es sin perjuicio de consecuencias sociales, como ser un territorio con más población militar que civil.
Colonialismo en Malvinas
El 22 de julio de 1996, el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad una resolución que exhorta -una vez más- al Reino Unido y a Argentina a reanudar las negociaciones por la soberanía sobre las Islas.
Malvinas. De hecho, esta medida supone un rechazo a las aspiraciones de los pobladores de las islas para que se les reconozca el derecho a la autodeterminación.
Nada indica que esta nueva resolución tenga algún efecto práctico. En 1960, la Asamblea General de la organización mundial adoptó la resolución 1514 (XV) sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. Como en ese texto no se incluía la situación especial de las Malvinas, la diplomacia argentina logró que en 1965 la Asamblea aprobara la Resolución 2065 (XX) sobre la cuestión específica de dicho territorio. En esa resolución, se reconocía la existencia de una disputa sobre la soberanía, se invitaba a los gobiernos de ambos Estados a proseguir las negociaciones según las disposiciones y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y se recomendaba tener en cuenta los intereses de la población de las islas. Como se ve, se hablaba de los intereses, pero no de sus deseos.
En una primera etapa, Gran Bretaña se negó a negociar el tema de la soberanía sobre las islas, pero logró que Argentina aceptara, a su costo, mejorar las condiciones de vida de los isleños. Al mismo tiempo, introdujo el tema de la autodeterminación y los deseos de aquella población, en violación del mandato de la ONU. En la segunda etapa, después de una rara actitud de firmeza por parte de Argentina, como fue el retiro de los embajadores, aceptó discutir sobre la soberanía, pero introdujo el tema de la cooperación económica. La diplomacia británica es hábil en enredos y dilaciones. Después vino la guerra y la derrota dejó a nuestro país a merced del vencedor.
Desde entonces, la población británica de las Malvinas, llamada generalmente kelpers trata por todos los medios de introducir la cuestión del derecho a la autodeterminación, si bien el Reino Unido lo utiliza solamente como una carta para jugar en la mesa de las negociaciones. Todo dependerá de la muñeca de los jugadores que tengan sentados en frente. Hasta ahora, los jugadores argentinos han demostrado ser, en general, débiles y cándidos.
En materia de colonialismo, las Malvinas presentan un caso sui géneris. Habitualmente, cuando un Estado ejerce una actitud de colonialismo, lo hace sobre un territorio determinado y su población. No ha sucedido así en las Malvinas, porque los británicos, al ocuparlas por la fuerza en 1833, expulsaron a los habitantes argentinos e introdujeron una nueva población. Esos habitantes son británicos por su origen -y, cuando no lo son, están fuertemente britanizados-, por la lengua, las costumbres y la ciudadanía, ya que gozan del mismo pasaporte que los residentes en Inglaterra. Además, son empleados del gobierno de ocupación o de las únicas dos empresas existentes en las islas, que son de capital británico. En efecto, según datos de 1990, la Falkland Island Company (FIC) posee el 46 % de la tierra del archipiélago y además es propietaria del 90% de los negocios (barcos, almacenes, bancos, depósitos de lana, etcétera). La FIC depende, a su vez, de un conglomerado llamado Charrington and Chemical Products Ltd., que es propietario del otro 54 % de las tierras malvinenses. Por su parte, Charrington es satélite del grupo Coalite Industrial Holdings, con sede en Londres, o sea que las dos empresas son tan sólo una. Agreguemos que la compañía no puede ser comprada por extranjeros porque goza de un privilegio real otorgado por la reina Victoria, según el cual sus acciones sólo pueden transferirse con la autorización de Su Majestad Británica.
El derecho a la autodeterminación de los pueblos, aunque tiene una larga historia, encuentra su origen inmediato en la Carta de la ONU (artículos lo., párrafo 2, 55 y 76b) y aparece en los dos pactos de derechos humanos aprobados por la Asamblea General en 1966 y que comenzaron a regir a partir de 1976. Son ellos el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos. El problema que presenta su aplicación consiste, fundamentalmente, en determinar quiénes son los sujetos de este derecho. En sentido propio, se entiende generalmente por pueblo a un grupo étnico dotado de características diferenciales objetivas que le dan personalidad y también de conciencia de esa personalidad diferencial. Se utilizan en este caso los términos nacionalidad, pueblo y etnia, que admiten muchas definiciones, pero, de todos modos, se diferencian claramente de población que, en derecho internacional, se define como el conjunto de personas que están sometidas a la jurisdicción personal del Estado.
Podemos apreciar claramente que la población británica de las Malvinas no tiene ninguno de los rasgos diferenciales que permitan considerarla una nacionalidad o una etnia, es decir, un pueblo diferenciado. No tienen idioma propio, cultura
distintiva ni hábitos psicológicos reflejados en una comunidad singular. No son un pueblo originario de las islas, colonizado por el invasor británico. Por el contrario, son ellos mismos agentes de colonización.
Otro argumento subsidiario del presunto derecho de autodeterminación de los kelpers se basa en el hecho de que varios de ellos son descendientes de pobladores que llevan varias generaciones en las islas. Es algo así como prevalerse de la prescripción adquisitiva, concepto bien definido en el derecho interno, pero que no posee la misma precisión en el Derecho Internacional Público. De todos modos, los internacionalistas que admiten esta figura convienen en que la posesión debe ser ininterrumpida y no impugnada y no debe estar acompañada de violencia, o sea, haber sido pacífica y consentida, lo que no se ajusta a la historia de la presencia británica en las Malvinas.
En síntesis, no existe ninguna nacionalidad, etnia ni pueblo que pueda denominarse kelper o falklander; no existe ningún idioma ni ninguna cultura kelper o falklander. Existen británicos pobladores de las Malvinas, que siempre manifestaron su voluntad de seguir siendo británicos. Sobre esta voluntad, hay una infinidad de expresiones concretas desde hace muchos años, entre ellas la más significativa es la de Lord Shacketon, inserta en su famoso informe -Economic Survey of the Falkland Islandés- publicado en 1976, en cuyo tomo I, página III, dice: "resulta evidente a cualquier visitante de las islas que la población es británica y, como nos fue recalcado vigorosamente cada vez que se trató el tema, está firme en su deseo de seguir siendo británica". Jamás ningún kelper dijo algo diferente.
Vale la pena recordar, como antecedente, que en su momento las Naciones Unidas rechazaron el plebiscito realizado por el Reino Unido en Gibraltar en 1967, que había sido ampliamente favorable a la posición británica con el argumento de que el poder colonial que reemplazó a la población nativa no podía hacer valer la voluntad de los nuevos habitantes que habían suplantado a la población original, y eso que el dominio inglés sobre Gibraltar es nada menos que 120 años más antiguo que el de Malvinas y que hubo una cesión por parte de España -discutible, pero cesión al fin- por la Paz de Utrecht de 1713, tratado que puso término a la guerra de la sucesión española.
No obstante, la política externa errática insensata que lleva desde hace años Argentina y que ha sido agravada hasta el paroxismo bajo la conducción del canciller Guido Di Tella, hay que reconocer que en la reunión del Comité de Descolonización de la ONU, celebrado en Nueva York en julio de 1996, este funcionario estuvo correcto al sostener que "el principio a la libre determinación se tergiversa si se pretende interpretarlo de forma tal de otorgar ese derecho a los propios súbditos de la potencia colonial, a expensas de la comunidad política que sí ha sufrido la acción colonial".
Para los habitantes de las Malvinas, la autodeterminación puede ser una aspiración para convertirse en verdaderos dueños del territorio. Para el Reino Unido no es más que una carta para jugar en la mesa de negociaciones, como se ha dicho. Pero si, llega a desarrollarse una gran riqueza en el archipiélago -el petróleo, por ejemplo-, entonces será difícil que los ingleses dejen este beneficio en manos de los kelpers. Para nosotros, los argentinos, lo mejor sería tener una política exterior firme y sensata, lo que por ahora es impensable. Entonces, sería útil que los ciudadanos tengamos una idea clara sobre la situación, no claudiquemos en la defensa de los incuestionables derechos argentinos y sepamos resistir los argumentos de los colonialistas de afuera y los cipayos de adentro.
Por Daniel Conles Tizado
http://www.memoria.com.mx/159/Conles.htm
Revista Cuadernos para la Emancipación, No. 11, diciembre de 1996
Crímenes de Guerra: Hundimiento del Crucero A.R.A. General Belgrano.
El hundimiento del Crucero A.R.A. General Belgrano por parte del Reino Unido es el más tristemente célebre crimen de guerra cometido durante la gesta de Malvinas. Acabó con la vida de 323 argentinos. Dicho hundimiento constituye un crimen por dos razones fundamentales:
* Tuvo lugar fuera de la zona de exclusión que el mismo Reino Unido había delimitado de forma unilateral.
* Obedeció a razones políticas y no militares.
Es por ello que en la presente sección trataremos dicho tema. No obstante, existen otras denuncias sobre crímenes de guerra británicos, por acciones llevadas a cabo contra conscriptos argentinos en el archipiélago. (Por ejemplo, las mutilaciones efectuadas por los Ghurkas, mercenarios pagados por la Corona Inglesa que se jactaban de degollar conscriptos de 18 años)
ACERCA DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO
Astillero: New York S.B. Corp Camdem. Puesta la quilla el 15 de abril de 1935, botado el 12 de marzo de 1938, completado el 18 de marzo de 1939.
Desplazamiento: 10.800 toneladas estándar, 12.650 a carga normal, 13.645 a carga completa.
Eslora: 185.4 m
Manga: 21.0
Calado máximo: 7.3 m
Armamento: (1979)
15 cañones de 152 mm dispuestos en cinco torres de tres cañones cada una
8 cañones antiaéreos de 127mm dispuestos individualmente
Dos montajes dobles antiaéreos de 40 mm
Dos montajes cuádruples de misiles Sea Cat.
Maquinas:
4 turbinas eléctricas marca Westinghouse potencia 100.000 CVI
8 calderas Babcock & Wilcox Expres
Velocidad: 32.5 nudos (nuevo)
Capacidad y tipo de combustible: 2.200 toneladas de fuel oil
Radio de acción: 7600 millas a 15 nudos.
HISTORIA DEL CRUCERO
1939 - El USS "Phoenix", crucero del tipo Brooklyn, fue terminado el 18 de marzo de 1939 en los astilleros de Nueva York en Cadmen.
7 de Diciembre de 1941 - El Phoenix se encontraba fondeado en la bahía de Pearl Harbor, al NE de la Isla Ford siendo uno de los pocos buques de porte que no fue alcanzado por las bombas japonesas.
1942/46 - Se dedica a misiones de patrullaje y escolta en el océano Pacífico. Frente a Guadalcanal asiste a la batalla de ese nombre y están presente en el desembarco del Cabo Goucester, bombardeo de Madang y otros.
1946 - Obtiene por esas acciones nueve estrellas de batalla en su foja de combate y servicios. En el mismo año es trasladado a la Base en Filadelfia.
1951 - Adquirido por el Gobierno Argentino, se toma posesión del buque en Filadelfia el 12 de abril. Se designa primer comandante argentino al Capitán de Navío Adolfo B. Piva. Se le asigna el nombre de "17 de octubre", que no tiene significación alguna con la historia naval argentina, pero si con la historia de las luchas populares en nuestro país. En la misma base naval de Filadelfia, es alistado rápidamente y el 5 de diciembre, entra por primera vez en la Base Naval Puerto Gral. Belgrano, incorporándose a la flota de mar.
1952 - Es incorporado a la Fuerza de Cruceros, completándose su armamento.
1953 - En el mes de julio entra en Buenos Aires recibiendo su pabellón de combate, regalo del Instituto Browniano y el pueblo de Adrogué. Al producirse el movimiento de "Septiembre", se pliega a la "Revolución Libertadora" al comando del Capitán de Navío Carlos Bruzzone. Se dirige a Puerto Belgrano donde es reabastecido y concurre en apoyo de la base de Submarinos, en la Ciudad de Mar del Plata.
1956 - Rebautizado "General Belgrano".
1982 - El 2 de mayo a las 16:01 hs. es torpedeado y hundido por el Submarino Atómico HMS "Conqueror" y perecen 323 hombres, cuando se encontraba este a 35 millas náuticas al sur del límite de exclusión impuesto por la corona británica.
Los torpedos lanzados por el Conqueror, según dichos de su comandante, eran Tigerfish MK-24 filodirigidos y con autoguiado terminal, cuyo alcance está estimado entre 35 y 50 Km. Disparado a una distancia de unos 5 kms., el primer torpedo alcanzaba al crucero a proa, por babor. La parte del barco que abarca la cubierta de proa se hundió hasta la altura de la torreta A. El segundo torpedo hizo impacto hacia popa, en la parte inmediatamente posterir a la sala de máquinas, destruyendo el sistema de mando del timón.
Diez minutos más tarde, la escora era de 21 grados. El comandante decidió que no se podía hacer otra cosa que dar la orden de abandonar el barco.
Se lanzaron 70 balsas autoinflables, que podían contener veinte hombres cada una.
El Belgrano se dio vuelta y se hundió una hora después de haber sido tocado.
Al llegar la noche se levantó viento y el mar empeoró. Las ráfagas alcanzaban casi los 100 kms. por hora y las olas los 5 metros de altura.
Algunos botes iban sobrecargados, llevando hasta 30 hombres.
Varios de los náufragos sufrían graves quemaduras, ya que nadie, de hecho, llevaba máscaras o guantes " antiflash " en el momento del torpedeamiento.
1993 - El hundimiento del Crucero ARA General Belgrano es denunciado ante la Comisión Investigadora de las Violaciones a los Derechos Humanos.
La criminalidad del hundimiento del Belgrano ha sido reconocida hasta por los británicos, y aceptan que la decisión de su hundimiento estuvo más ligada a una cuestión política que a una necesidad militar, por cuanto el Crucero Gral. Belgrano no representaba ningún tipo de peligro para las fuerzas de tareas británicas.
La Primer Ministro británica, habría ordenado su hundimiento para obstaculizar las negociaciones de paz, ya que la Junta Militar, habría estado deliberando seriamente la aceptación de la propuesta del Presidente Belaunde Terry, más aún, según fuentes bien informadas, el gobierno inglés al enterarse de la aceptación de la paz por parte de la Junta Militar, habría decidido su hundimiento con la finalidad de prolongar la guerra.
2 de julio de 2000 - Denuncian a Thatcher por el hundimiento del Belgrano. La ex primer ministro del Reino Unido fue acusada de "homicidio calificado" por familiares de las víctimas durante la guerra de Malvinas, ante el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo. La causa está en curso.
FUENTES:
http://www.geocities.com/papilay/belgrano.htm
http://www.cibernautica.com.ar/gralbelgrano
Colonialismo en Malvinas
El 22 de julio de 1996, el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad una resolución que exhorta -una vez más- al Reino Unido y a Argentina a reanudar las negociaciones por la soberanía sobre las Islas Malvinas. De hecho, esta medida supone un rechazo a las aspiraciones de los pobladores de las islas para que se les reconozca el derecho a la autodeterminación.
Nada indica que esta nueva resolución tenga algún efecto práctico. En 1960, la Asamblea General de la organización mundial adoptó la resolución 1514 (XV) sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. Como en ese texto no se incluía la situación especial de las Malvinas, la diplomacia argentina logró que en 1965 la Asamblea aprobara la Resolución 2065 (XX) sobre la cuestión específica de dicho territorio. En esa resolución, se reconocía la existencia de una disputa sobre la soberanía, se invitaba a los gobiernos de ambos Estados a proseguir las negociaciones según las disposiciones y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y se recomendaba tener en cuenta los intereses de la población de las islas. Como se ve, se hablaba de los intereses, pero no de sus deseos.
En una primera etapa, Gran Bretaña se negó a negociar el tema de la soberanía sobre las islas, pero logró que Argentina aceptara, a su costo, mejorar las condiciones de vida de los isleños. Al mismo tiempo, introdujo el tema de la autodeterminación y los deseos de aquella población, en violación del mandato de la ONU. En la segunda etapa, después de una rara actitud de firmeza por parte de Argentina, como fue el retiro de los embajadores, aceptó discutir sobre la soberanía, pero introdujo el tema de la cooperación económica. La diplomacia británica es hábil en enredos y dilaciones. Después vino la guerra y la derrota dejó a nuestro país a merced del vencedor.
Desde entonces, la población británica de las Malvinas, llamada generalmente kelpers trata por todos los medios de introducir la cuestión del derecho a la autodeterminación, si bien el Reino Unido lo utiliza solamente como una carta para jugar en la mesa de las negociaciones. Todo dependerá de la muñeca de los jugadores que tengan sentados en frente. Hasta ahora, los jugadores argentinos han demostrado ser, en general, débiles y cándidos.
En materia de colonialismo, las Malvinas presentan un caso sui géneris. Habitualmente, cuando un Estado ejerce una actitud de colonialismo, lo hace sobre un territorio determinado y su población. No ha sucedido así en las Malvinas, porque los británicos, al ocuparlas por la fuerza en 1833, expulsaron a los habitantes argentinos e introdujeron una
nueva población. Esos habitantes son británicos por su origen -y, cuando no lo son, están fuertemente britanizados-, por la lengua, las costumbres y la ciudadanía, ya que gozan del mismo pasaporte que los residentes en Inglaterra. Además, son empleados del gobierno de ocupación o de las únicas dos empresas existentes en las islas, que son de capital británico. En efecto, según datos de 1990, la Falkland Island Company (FIC) posee el 46 % de la tierra del archipiélago y además es propietaria del 90% de los negocios (barcos, almacenes, bancos, depósitos de lana, etcétera). La FIC depende, a su vez, de un conglomerado llamado Charrington and Chemical Products Ltd., que es propietario del otro 54 % de las tierras malvinenses. Por su parte, Charrington es satélite del grupo Coalite Industrial Holdings, con sede en Londres, o sea que las dos empresas son tan sólo una. Agreguemos que la compañía no puede ser comprada por extranjeros porque goza de un privilegio real otorgado por la reina Victoria, según el cual sus acciones sólo pueden transferirse con la autorización de Su Majestad Británica.
El derecho a la autodeterminación de los pueblos, aunque tiene una larga historia, encuentra su origen inmediato en la Carta de la ONU (artículos lo., párrafo 2, 55 y 76b) y aparece en los dos pactos de derechos humanos aprobados por la Asamblea General en 1966 y que comenzaron a regir a partir de 1976. Son ellos el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos. El problema que presenta su aplicación consiste, fundamentalmente, en determinar quiénes son los sujetos de este derecho. En sentido propio, se entiende generalmente por pueblo a un grupo étnico dotado de características diferenciales objetivas que le dan personalidad y también de conciencia de esa personalidad diferencial. Se utilizan en este caso los términos nacionalidad, pueblo y etnia, que admiten muchas definiciones, pero, de todos modos, se diferencian claramente de población que, en derecho internacional, se define como el conjunto de personas que están sometidas a la jurisdicción personal del Estado.
Podemos apreciar claramente que la población británica de las Malvinas no tiene ninguno de los rasgos diferenciales que permitan considerarla una nacionalidad o una etnia, es decir, un pueblo diferenciado. No tienen idioma propio, cultura distintiva ni hábitos psicológicos reflejados en una comunidad singular. No son un pueblo originario de las islas, colonizado por el invasor británico. Por el contrario, son ellos mismos agentes de colonización.
Otro argumento subsidiario del presunto derecho de autodeterminación de los kelpers se basa en el hecho de que varios de ellos son descendientes de pobladores que llevan varias generaciones en las islas. Es algo así como prevalerse de la prescripción adquisitiva, concepto bien definido en el derecho interno, pero que no posee la misma precisión en el Derecho Internacional Público. De todos modos, los internacionalistas que admiten esta figura convienen en que la posesión debe ser ininterrumpida y no impugnada y no debe estar acompañada de violencia, o sea, haber sido pacífica y consentida, lo que no se ajusta a la historia de la presencia británica en las Malvinas.
En síntesis, no existe ninguna nacionalidad, etnia ni pueblo que pueda denominarse kelper o falklander; no existe ningún idioma ni ninguna cultura kelper o falklander. Existen británicos pobladores de las Malvinas, que siempre manifestaron su voluntad de seguir siendo británicos. Sobre esta voluntad, hay una infinidad de expresiones concretas desde hace muchos años, entre ellas la más significativa es la de Lord Shacketon, inserta en su famoso informe -Economic Survey of the Falkland Islandés- publicado en 1976, en cuyo tomo I, página III, dice: "resulta evidente a cualquier visitante de las islas que la población es británica y, como nos fue recalcado vigorosamente cada vez que se trató el tema, está firme en su deseo de seguir siendo británica". Jamás ningún kelper dijo algo diferente.
Vale la pena recordar, como antecedente, que en su momento las Naciones Unidas rechazaron el plebiscito realizado por el Reino Unido en Gibraltar en 1967, que había sido ampliamente favorable a la posición británica con el argumento de que el poder colonial que reemplazó a la población nativa no podía hacer valer la voluntad de los nuevos habitantes que habían suplantado a la población original, y eso que el dominio inglés sobre Gibraltar es nada menos que 120 años más antiguo que el de Malvinas y que hubo una cesión por parte de España -discutible, pero cesión al fin- por la Paz de Utrecht de 1713, tratado que puso término a la guerra de la sucesión española.
No obstante, la política externa errática insensata que lleva desde hace años Argentina y que ha sido agravada hasta el paroxismo bajo la conducción del canciller Guido Di Tella, hay que reconocer que en la reunión del Comité de Descolonización de la ONU, celebrado en Nueva York en julio de 1996, este funcionario estuvo correcto al sostener que "el principio a la libre determinación se tergiversa si se pretende interpretarlo de forma tal de otorgar ese derecho a los propios súbditos de la potencia colonial, a expensas de la comunidad política que sí ha sufrido la acción colonial".
Para los habitantes de las Malvinas, la autodeterminación puede ser una aspiración para convertirse en verdaderos dueños del territorio. Para el Reino Unido no es más que una carta para jugar en la mesa de negociaciones, como se ha dicho. Pero si, llega a desarrollarse una gran riqueza en el archipiélago -el petróleo, por ejemplo-, entonces será difícil que los ingleses dejen este beneficio en manos de los kelpers. Para nosotros, los argentinos, lo mejor sería tener una política exterior firme y sensata, lo que por ahora es impensable. Entonces, sería útil que los ciudadanos tengamos una idea clara sobre la situación, no claudiquemos en la defensa de los incuestionables derechos argentinos y sepamos resistir los argumentos de los colonialistas de afuera y los cipayos de adentro.
Por Daniel Conles Tizado
http://www.memoria.com.mx/159/Conles.htm
Revista Cuadernos para la Emancipación, No. 11, diciembre de 1996
Marcha Argentina de Malvinas: Letra
¡Tras su manto de neblinas,
no las hemos de olvidar!
"¡Las Malvinas, argentinas!",
clama el viento y ruge el mar,
Ni de aquellos horizontes
Nuestra enseña han de arrancar,
pues su blanco está en los montes
Y en su azul se tiñe el mar.
Por ausente, por vencido
bajo extraño pabellón,
ningún suelo más querido
de la Patria en la extensión
¿Quién nos habla aquí de olvido,
de renuncia, de perdón?
¡Ningún suelo más querido
de la Patria en la extensión!
¡Rompa el manto de neblinas,
como un sol, nuestro ideal;
"Las Malvinas, argentinas,
en dominio ya inmortal"!
Y ante el sol de nuestro emblema,
Pura, nítida y triunfal,
brille, ¡oh Patria!, en tu diadema
la argentina perla austral.
Coro:
Para honor de nuestro emblema,
para orgullo nacional,
brille, ¡oh Patria!, en tu diadema
¡la argentina perla austral!
Letra: Carlos Obligado
Música: José Tieri
A NUESTROS HEROES, CON EL MAYOR DE LOS RESPETOS Y CON TODO EL AGRADECIMIENTO A QUIENES DEFENDIERON A NUESTRAS NACION, GRACIAS SOLDADOS DE NUESTRA PATRIA !!
MOVIMIENTO NACIONAL FERROVIARIO
martes, 27 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario